lunes, 18 de junio de 2012

Solo un par de datos complicados

Caso 1: si Tigre, Arsenal y Rafaela ganan, Tigre tendría que jugar dos desempates (uno por la promoción, y uno para salir campeón), pero primero tendría que jugar el desempate por la promo Y la promo, porque si desciende no puede ser campeón (ergo, Arsenal se consagraría sin jugar el desempate). //


Caso 2: Si Tigre empata, Arsenal pierde y Boca gana, Tigre en principio tendría que jugar un desempate vs Boca, pero si se diera todo y descendiera, Boca sería campeón sin jugar un desempate. //


Caso 3: Si Tigre y Arsenal empatan, y Boca gana: a) en caso de que Tigre se salve del descenso, se jugaría un triangular (similar al 2008); y b) en caso de que Tigre descienda, Boca y Arsenal se disputarían el campeonato en un partido...

viernes, 1 de junio de 2012

Hubo Bailongo en La Paternal

Empezó el 10° Campeonato de baile de la Ciudad de Buenos Aires, y la primera ronda de clasificación se llevó a cabo en el Centro Cultural Resurgimiento, entre otras 16 sedes de Capital Federal. Los participantes, ya sea con barba adolescente o arrugas que comienzan a notarse, se acercaron voluntariamente a anotarse el mismo día de la competencia, y el lugar cambió su escenografía para transformarse en una reunión de bailarines, montones de mesas todas pobladas, con manteles negros de seda y flores rojas en el centro.

Zapatos, gomina y bandoneón. Un ambiente bien argentino y amigable, mezcla de bar, café y milonga. Olor a cantina; mozas yendo y viniendo con bandejas repletas; parejas vestidas de gala, acorde al evento.

El jurado y algunas mesitas privilegiadas hicieron de perímetro de una pista de baile en la que se disputaron la clasificación una de cada cinco parejas participantes en cada competencia: primero bailó “Tango Salón” (con sus versiones en Adultos y Senior); más tarde, los competidores por “Milongueros del Mundo”, donde participan aquellos que vienen de afuera o residen hace menos de dos años en la Ciudad, y por último “Milonga” y “Vals”, abiertas para todos.

En el momento en que el conductor agarró el micrófono, los que estaban bailando en los intervalos sólo para divertirse (que eran varios) despejaron el centro de la escena y los participantes aparecieron: todos ellos, y cada vez que empezaba una nueva tanda, pasearon en círculo por toda la pista para hacerle una demostración al público. Luces encendidas, y “silencio por favor”, que empezaron a bailar.

Con algunos flashes de foto y varias miradas, la noche se vivió distendida. Porque si bien nació como una forma para expresar el malestar y la tristeza de un momento dado para determinadas clases sociales marginadas, todo formó parte también de la alegría que, actualmente, representa el Tango.
Los argentinos resaltaron por su modo tan seductor, agresivo y pasional; pero una pareja de japoneses, él vestido con tiradores y ella con un vestido largo, se destacaron por su forma de bailar. Era más distante pero curiosa, por la manera de mirarse. Parecían de otra época. Sonreían mucho. Corría una energía especial. Eran más fríos en los movimientos, pero se notaba en la mirada que había amor entre los dos.

Sentados en el piso o parados intentando pispear, todos se apretaban para ver el espectáculo, que duraba dos o tres canciones. Una vez que terminaba, los espectadores tenían la posibilidad de votar, aunque la decisión en toda Capital Federal la tomó el jurado: finalmente, 147 parejas clasificaron a las semifinales.

Declarado “Patrimonio de la Humanidad” por la UNESCO, pasó por Resurgimiento y tocó su melodía final por décima vez en la Ciudad, pero los pies siguen bailando en cada rincón del planeta donde se respire ese aire, ese aroma, bien argentino y amigable del Tango.