Después de años deambulando por ahí, le pregunté si quería volver. Me dijo que no, que así estaba bien. Pero lo sentí en su mirada. Ella no tenía que volver. O mejor, tenía que no volver. "Así están bien todos". Pero justo antes del ocaso alcancé a escuchar un último aliento, casi como una confesión, sin quererlo, pero dándomelo a entender: "Todas menos yo".
No hay comentarios:
Publicar un comentario
No tengas mieeeedo, podes comentaar!