martes, 10 de junio de 2014

El amor es más fuerte que cualquier otra droga

El amor es más fuerte que cualquier otra droga. Te pega, te deja lento y te pone contento, como muchas. Pero es más intenso. “Yo me drogo con una jeringa”, dirá un adicto a la heroína. Yo me drogo con un polvo, dirá un cocainómano. “Yo me drogo con otra persona”, debería decir un enamorado. Porque ese efecto dura más tiempo que el de cualquier droga conocida. Es permanente, hasta que sin esperarlo, desaparece. Y lo hace con muchos efectos secundarios: el despecho, la desilusión, los celos, la angustia, la tortura producida por los recuerdos, y finalmente el olvido, que es el lugar donde descartamos los restos de esta extraña y vil droga. Si el amor es legal y todos lo perseguimos buscando el placer de tenerlo, ¿por qué nos empecinamos en prohibir las demás, si nos llevan a un lugar parecido?