El Metrobús, ese transporte que nos atraviesa

Carmelo Sigillito, Director General de Tránsito de la Ciudad de Buenos Aires, que trabaja desde el año 1973 en el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires en funciones de encargado de los semáforos de la Ciudad, recibió en su oficina al periódico mensual Nuestro Barrio, de La Paternal, y comentó que vive “sobre la avenida Juan B. Justo”. 

Con esta nota, quien firma no tiene intenciones de ubicarse ni a favor ni en contra de Carmelo Sigillito, sino de aportar una voz autorizada. Por supuesto, primero se lo debe ubicar dentro del marco de la gestión de Mauricio Macri, y todo lo que ello significa. La entrevista se atiene a lo que concierne a las funciones de Sigillito.

- ¿Cuál es su función como Director General de Tránsito de la Ciudad de Buenos Aires?

- En primer lugar nosotros estamos dentro de la subsecretaría de transporte. Hay diversas funciones: señalización luminosa, señalamiento vial, señalamiento vertical (cartelería fija), la demarcación horizontal

El bicho cerró un buen año

Argentinos Juniors sacará su balance de la temporada 2010/2011. Rendimiento de los jugadores, finanzas, renovación de los contratos y el estado de las divisiones juveniles, entre otras cosas que hacen al progreso de una institución. Y será un balance más que positivo.

Calles

Norberto Pappo Napolitano, Alberto Olmedo, Jorge Fontanarrosa, Diego Armando Maradona, Luca Prodan, Julio Cortázar, Mercedes Sosa, Atahualpa Yupanqui, Rodolfo Walsh, Antonio Berni, Roberto Goyeneche, Jorge Guinzburg, Osvaldo Pugliese, Delfo Cabrera, Juan Manuel Fangio, Cesar Milstein, Carlos Monzón, Pascual Pérez, Charly García, el Indio Solari, Fernando Peña, María Elena Walsh, Ernesto Guevara de la Serna.
Esto es solo una pequeña lista.
Lista de ídolos, íconos nuestros.
Íconos que tienen algo en común.
Tan representativos para el pueblo, y todos con algo en común.

Al Grupo

Usás un arma mortal
que va cambiando el azar,
sabés del poder que tiene
y eso es lo que te mantiene.


Acumulaste mentiras
en un plan muy pensado
cambiaste las opiniones
en el presente y en el pasado.


Incentivaste tragedias,
dijiste que era una guerra,
siempre informaste a medias
y protegiste a la mierda.


Los idealistas no mandan
en tu puta realidad,
solo mandan los billetes
y la gran publicidad.


Difamás letras impresas
si le conviene a tu amigo,
manipulás a la gente
y la usás de testigo.


Escudado en el patriotismo
hiciste gala del nepotismo
y ayudaste al menemismo
para tener más protagonismo.


Si te vinculo con el deporte,
tomaste de rehén a los goles
y pintaste un país bonito
cuando se nos fueron los colores.


Ocultaste datos claves
sobre madres, abuelas y nietos.
Acá al verdadero ladrón,
lo llamamos Héctor Magnetto.

Sobre entradas misteriosas y emociones por demás

Toda la semana estuve intentando conseguir estar presente. Presente en una ceremonia retroactiva, que intentó devolver algo de lo recibido. Devolverle al homenajeado al menos una porción de la alegría y emoción con que minó todo aquello que pisó.
Y seguía intentando estar ahí, presente.

El cubo de Palermo

Por Juan Sasturain, en Página 12, contratapa.

Aunque parezca el título de una novela de Umberto Eco, no lo es. El cubo de Palermo es apenas (o nada menos que) el intento de descripción de una forma euclidiana, un cuerpo geométrico ideal, un imaginario paralelepípedo regular (así se dice), un dado descomunal y transparente, un cubo hecho de aire y vértigo, espacio puro de tormenta (diría De Santis): el hábitat natural y de caza, el monoambiente móvil, el espacio vital y mortal, el microclima ominoso, the moveable jail dentro de la cual se movió siempre Martín Palermo –animal, fiera noble y persistente, depredador natural, genuino (de genes) nueve de área– durante todos los años de sus tantas campañas.

Composición. Tema: el barrilete

Un barrilete es muy lindo, porque vuela mucho y es hermoso, y encandila porque está en el aire.
Pero no es tan así, porque al primer viento fuerte tambalea y al segundo está en el piso.
Así, hay mucha gente.
Como un consejo nomás, antes de encandilarte (que también significa no ver claro lo que realmente es)
fijate si soporta un viento fuerte,
y si no se vence el piolín al tironear.

Cómo tomarse la vida

Desde el humor hay un pizca de humildad, unas gotas de revolución y una medida de coherencia, mucho más que desde el discurso de que hay que tener humildad, ser revolucionario y ser 2° piso.

Tratando de ir contra la arrogancia y la pedantería, caigo en la seriedad, la solemnidad y la pedantería. El tema es que la seriedad es arrogante, la solemnidad con sólo mirarla desde afuera queda ridiculizada, y la pedantería es una masa de todo lo anterior. Y ya caí en la seriedad, la puta que me parió...