Desde el humor hay un pizca de humildad, unas gotas de revolución y una medida de coherencia, mucho más que desde el discurso de que hay que tener humildad, ser revolucionario y ser 2° piso.
Tratando de ir contra la arrogancia y la pedantería, caigo en la seriedad, la solemnidad y la pedantería. El tema es que la seriedad es arrogante, la solemnidad con sólo mirarla desde afuera queda ridiculizada, y la pedantería es una masa de todo lo anterior. Y ya caí en la seriedad, la puta que me parió...
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