No estoy solo, estoy conmigo

 Perdí mi DNI, la puta madre. No tengo identidad, y no pude votar el domingo para presidenta. Me quiero matar. Eso me angustia. Me desespera. No me gusta que haya salido todo mal con Juan Cabandié, siento que lo decepcioné al hacerle preguntas "más bien del diario Perfil y no como si vinieran de un compañero". No soy compañero, ni me interesa serlo, pero no está bueno caerle mal. Encima no la escribí rápido y ahora no me acuerdo de una mierda.

 Tengo una fiesta y estoy cansado y me cansa estar cansado. Tengo y quiero leer un montón de cosas, pero las TENGO que leer, y me aburre. Quiero acción, pero también ir a remar por el tigre con Guerrero que es mi refugio para aguantar. Aguantar qué, si te va bien? Si, pero este viaje en tren es una verga. Una hora y media perdiendo el tiempo. Me gusta que mis relatos te gusten. La libertad presionada es insoportable, porque puedo elegir, pero debo elegir.

 Quiero tener una personalidad definida, o varias, pero que pueda pasar de una a la otra sin culpas y debates internos, como el que tengo al escribir esto, sentado en un caño del tren. Me debato todos los días entre lo
teórico y lo práctico, entre lo más llano y real, y lo fantástico y de ensueños. Me encantaría viajar contando historias, pero DALE, dejate de joder y acordate de bajarte en San Isidro, que tenés que ir a laburar.

 Quiero lo "naturaal", como lo dice un hippie, y lo lindo de ilusionarme de viajar un año por Latinoamérica escribiendo. -Estación La Lucila, me bajo en tres- Como decía, también me gusta lo práctico; y para colmo, siempre termino eligiendo por lo urbano (y sucio), lo rápido y lo instantáneo. Me gustaría no ir a una oficina; y trabajar y vivir en y desde lo natural, pero tampoco quiero ser un pánfilo jipón bancado por papá, que todo muy lindo, pero bajá a la tierra marmota.

 Y así, me debato todos los días sobre todo, pero siempre me termino bajando ahora, apurado, del tren, sucio, transpirado, urbanizado, y corriendo porque se me va el 343.