“Se llama
Archivo 10, y a modo de aclaración también lleva el nombre de museo
maradoniano”, cuenta Aníbal di Toro, dueño de una colección inmensa en torno al
mejor jugador de fútbol de todos los tiempos, Diego Armando Maradona. “Dentro
de poco ya va a estar la tienda con todo el merchandising para ofrecer”. También hay 200 poemas y 400 temas de música relacionados con Diego, fotos de tatuajes, todas sus figuritas, muñecos, libros relacionados con él, y una sala repleta de las camisetas que usó.
Aníbal es
un vecino de Villa Pueyrredón, y tiene arriba de su casa un departamento que lo
acondicionó con toda una colección propia en torno al “Diez”, en Avenida de los
Constituyentes 4215.
Todavía no
se hicieron inauguraciones ni publicidad, porque no está del todo “pulido”,
aunque empezó en Noviembre de 2012 a recibir a quienes quieran ir. La mayoría
de los visitantes lo contacta por la página de Facebook. Además, si vos pasás
por la puerta todavía no sabés ubicarlo porque es una puerta más, pero la idea
que tiene es poder poner una estatua, pintar la pared y ponerle colorido para
que además de interesante sea llamativo.
¿Cómo lo definirías a Maradona?
Diego es
todo lo bueno y lo malo del fútbol metido en un metro sesenta. Es el que te mete el
mejor gol de la historia y un gol con la mano en el mismo partido. Es al que le
pegan, pero el que te caga a patadas si se arma el quilombo. Tiene esa cosas de
antihéroe que tenemos los argentinos. No es todo bárbaro. Para mí el gol con la
mano vale, si no la ve el árbitro vale, y si estamos jugando el primer partido
contra los ingleses después de lo de Malvinas vale, te lo grito y vale diez
veces más, je.
¿Cómo nació la idea de la tienda-museo?
La idea se
me ocurrió porque tenía una colección grossa grossa (sic), pero todo metido en
cajones y guardado de una manera que cuando alguien quería verlo tenía que
empezar a sacar cajas de todos lados. Tenía ganas de mostrarlo y que se vea
bien. Me di cuenta que a la gente le importa lo que tengo.
Nació
también como una forma de solventar el coleccionismo, porque todo lo de
Maradona sale más caro que con cualquier otro jugador. Me han pasado camisetas
increíbles, pero eran tan caras que no las podía comprar. Yo hice toda esta
colección tratando de encontrar cosas baratas, intercambiándolas, porque con
guita colecciona cualquiera. Entonces esto ayuda a que se autofinancie todo.
Sigo laburando como odontólogo, y lo hago más para llenarme el alma que los
bolsillos, porque estar hablando dos veces por semana de fútbol y rememorando
todo esto, te llena. La idea es primero llenar el alma, y en un tiempo veremos
si se llena lo otro, je.
¿Qué diferencia al coleccionismo del fanatismo?
A mí la
palabra fanático no me gusta, porque es alguien que no mide, que no ve lo bueno
y lo malo, sino solo lo que quiere ver. Yo puedo decir que Diego dijo una
boludez o algo buenísimo. Por ejemplo, a mí no me gusta que le digan “Dios”,
porque es medio chupamedias y no es necesario. No soy de defenderlo ciegamente.
El coleccionista no sólo le da tiempo a la colección por Diego, sino también
porque le da orgullo su colección. Obviamente desde chico que hay un amor por
él, pero no me gusta la palabra “fan”, porque fan es el de Wanda Nara, a mí me
suena a “boludón”, es peyorativo.
Por ahí me
quita algo de tiempo pero me entretiene, es un hobbie, algo que me trae placer.
Cuanto tengo un minuto, me hago el tiempo. Todos los días algo le dedico,
porque siempre estás averiguando para conseguir objetos nuevos, y no hay día
que no respondas un mail o no chequees la página de Facebook.
¿Cuáles son tus objetivos con respecto a la
tienda-museo?
Mi idea es
que sea un lugar de turismo de Buenos Aires, por más que el barrio no esté en
el circuito turístico. Acá hay un archivo gigante de videos y música que no se
ve, pero está todo. Tengo 900 tapas de revistas que no sé dónde ponerlas,
aunque también muchos museólogos dicen que “menos es más” al momento de
exponer, y por eso también reduje el video de sus jugadas desde una hora a
media hora, pero con una jugada tras otra a toda velocidad. Hace poco, en el
Diario Publicable, hicieron una nota sobre el “turismo maradoniano” y pusieron
primero a “Archivo 10”, después al de Argentinos Juniors y tercero al de Boca,
y eso fue un triunfo para mí.
Si se pensara con la mentalidad de un
empresario, ¿no sería más productivo poner este museo al lado de la cancha de
Boca o de Argentinos Juniors?
Sí, pero yo
no soy empresario, je. Un empresario lo pone al lado de la cancha de Boca, pero
yo tuve la oportunidad de que esto se haya desocupado y que mi viejo, el dueño,
me lo haya dado para iniciar el proyecto, a pesar de que a él ni le interesa el
fútbol. Pero también tenés que contar con el dinero, y esto es a pulmón, porque
no me ayuda nadie. Y me gusta que así sea.
¿Qué te genera Diego a diferencia de Lionel
Messi?
Me genera
mucho más Diego. Es impresionante lo que hace Lío, y son jugadores muy
diferentes, por eso no me gusta compararlos en la forma de jugar. Pero Diego se
peleaba con el que sea en Nápoles para jugar en la Selección, y además tiene
una vida llena de anécdotas, en cambio Messi llega a su casa y se va a dormir. A
Messi le falta engordar, perder velocidad, empezar a dejar de pasarse a todos,
y cuando se retire, el tiempo los va a poner en el lugar que corresponda,
porque hoy uno está en la cresta de la ola y el otro en el fondo del mar. Hace
poco un francés me preguntaba cuántas canciones tiene dedicadas Messi, y le
dije “una”. Y ahí está la diferencia: hay 200 poemas y 400 temas de música
relacionados con Diego, de los cuales 250 están dedicados a él. Messi es un
pibe que te lo presento a mi hija, en cambio Diego no, pero ¿cuánta gente se
tatúa a Messi?
¿Sentís que te falta mucho para terminar la
colección de Diego?
Es
interminable. Porque llega un momento que en Argentina no encontrás más nada,
pero hay de todo en el mundo entero (NdeR: tiene todas las figuritas que se
hicieron en Argentina en las que aparece Maradona). A veces pensás que tenés de
todo, pero no te das una idea de la cantidad que te falta.
¿Qué es lo que más querés tener y no tenés?
Las
camisetas que usó él que todavía no tengo. Son muy difíciles de conseguir,
porque de una revista se hicieron cientos, pero camisetas que haya transpirado
él hay muy pocas.
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Cuando sea la inauguración, ¿soñás con que esté
Maradona?
Las cosas
se dan solas. Yo nunca voy a ir a tocarle la puerta para ir a verlo. Cuando lo
conocí fue porque vinieron de la televisión a filmar la colección a casa y como
favor de contrapartida me dijeron: “Viene Diego”. Él va a venir si tiene ganas
de venir, aunque me muero si viene, je.
¿Lo sentís parte de tu vida?
Y sí, ya
sí. Me acuerdo que la primera vez que entré a Internet, allá por el 1997, fui a
un cibercafé y la primera palabra que puse en un buscador fue “Maradona” porque
estaba buscando algo de él.
¿Si no sos fanático, qué sentís por Diego?
Mirá, yo soy un fanático del fútbol. Mi amor por
el fútbol es total, y el tipo que mejor lo expresó fue Diego, y lo viví de
punta a punta. Es admiración como futbolista, pero también hay un aguante donde
muchas veces es imposible justificarlo. Es como un amigo, por más que a veces
sea medio pelotudo, es tu amigo y punto. Es
inimputable. Está más allá.
donde consguiste la camiseta de boca de 1981
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