lunes, 25 de marzo de 2013

Entrevista con el dueño de la tienda-museo de Diego Maradona: “Mi idea es que sea un lugar de turismo en Buenos Aires”.


“Se llama Archivo 10, y a modo de aclaración también lleva el nombre de museo maradoniano”, cuenta Aníbal di Toro, dueño de una colección inmensa en torno al mejor jugador de fútbol de todos los tiempos, Diego Armando Maradona. “Dentro de poco ya va a estar la tienda con todo el merchandising para ofrecer”. También hay 200 poemas y 400 temas de música relacionados con Diego, fotos de tatuajes, todas sus figuritas, muñecos, libros relacionados con él, y una sala repleta de las camisetas que usó.

Aníbal es un vecino de Villa Pueyrredón, y tiene arriba de su casa un departamento que lo acondicionó con toda una colección propia en torno al “Diez”, en Avenida de los Constituyentes 4215.

Todavía no se hicieron inauguraciones ni publicidad, porque no está del todo “pulido”, aunque empezó en Noviembre de 2012 a recibir a quienes quieran ir. La mayoría de los visitantes lo contacta por la página de Facebook. Además, si vos pasás por la puerta todavía no sabés ubicarlo porque es una puerta más, pero la idea que tiene es poder poner una estatua, pintar la pared y ponerle colorido para que además de interesante sea llamativo.

¿Cómo lo definirías a Maradona?
Diego es todo lo bueno y lo malo del fútbol metido en un metro sesenta. Es el que te mete el mejor gol de la historia y un gol con la mano en el mismo partido. Es al que le pegan, pero el que te caga a patadas si se arma el quilombo. Tiene esa cosas de antihéroe que tenemos los argentinos. No es todo bárbaro. Para mí el gol con la mano vale, si no la ve el árbitro vale, y si estamos jugando el primer partido contra los ingleses después de lo de Malvinas vale, te lo grito y vale diez veces más, je.

¿Cómo nació la idea de la tienda-museo?
La idea se me ocurrió porque tenía una colección grossa grossa (sic), pero todo metido en cajones y guardado de una manera que cuando alguien quería verlo tenía que empezar a sacar cajas de todos lados. Tenía ganas de mostrarlo y que se vea bien. Me di cuenta que a la gente le importa lo que tengo.

Nació también como una forma de solventar el coleccionismo, porque todo lo de Maradona sale más caro que con cualquier otro jugador. Me han pasado camisetas increíbles, pero eran tan caras que no las podía comprar. Yo hice toda esta colección tratando de encontrar cosas baratas, intercambiándolas, porque con guita colecciona cualquiera. Entonces esto ayuda a que se autofinancie todo. Sigo laburando como odontólogo, y lo hago más para llenarme el alma que los bolsillos, porque estar hablando dos veces por semana de fútbol y rememorando todo esto, te llena. La idea es primero llenar el alma, y en un tiempo veremos si se llena lo otro, je.

¿Qué diferencia al coleccionismo del fanatismo?
A mí la palabra fanático no me gusta, porque es alguien que no mide, que no ve lo bueno y lo malo, sino solo lo que quiere ver. Yo puedo decir que Diego dijo una boludez o algo buenísimo. Por ejemplo, a mí no me gusta que le digan “Dios”, porque es medio chupamedias y no es necesario. No soy de defenderlo ciegamente. El coleccionista no sólo le da tiempo a la colección por Diego, sino también porque le da orgullo su colección. Obviamente desde chico que hay un amor por él, pero no me gusta la palabra “fan”, porque fan es el de Wanda Nara, a mí me suena a “boludón”, es peyorativo.

¿Te complicó en algo con tu familia todo el tiempo que le dedicás?
Por ahí me quita algo de tiempo pero me entretiene, es un hobbie, algo que me trae placer. Cuanto tengo un minuto, me hago el tiempo. Todos los días algo le dedico, porque siempre estás averiguando para conseguir objetos nuevos, y no hay día que no respondas un mail o no chequees la página de Facebook.

¿Cuáles son tus objetivos con respecto a la tienda-museo?
Mi idea es que sea un lugar de turismo de Buenos Aires, por más que el barrio no esté en el circuito turístico. Acá hay un archivo gigante de videos y música que no se ve, pero está todo. Tengo 900 tapas de revistas que no sé dónde ponerlas, aunque también muchos museólogos dicen que “menos es más” al momento de exponer, y por eso también reduje el video de sus jugadas desde una hora a media hora, pero con una jugada tras otra a toda velocidad. Hace poco, en el Diario Publicable, hicieron una nota sobre el “turismo maradoniano” y pusieron primero a “Archivo 10”, después al de Argentinos Juniors y tercero al de Boca, y eso fue un triunfo para mí.

Si se pensara con la mentalidad de un empresario, ¿no sería más productivo poner este museo al lado de la cancha de Boca o de Argentinos Juniors?
Sí, pero yo no soy empresario, je. Un empresario lo pone al lado de la cancha de Boca, pero yo tuve la oportunidad de que esto se haya desocupado y que mi viejo, el dueño, me lo haya dado para iniciar el proyecto, a pesar de que a él ni le interesa el fútbol. Pero también tenés que contar con el dinero, y esto es a pulmón, porque no me ayuda nadie. Y me gusta que así sea.


¿Qué te genera Diego a diferencia de Lionel Messi?
Me genera mucho más Diego. Es impresionante lo que hace Lío, y son jugadores muy diferentes, por eso no me gusta compararlos en la forma de jugar. Pero Diego se peleaba con el que sea en Nápoles para jugar en la Selección, y además tiene una vida llena de anécdotas, en cambio Messi llega a su casa y se va a dormir. A Messi le falta engordar, perder velocidad, empezar a dejar de pasarse a todos, y cuando se retire, el tiempo los va a poner en el lugar que corresponda, porque hoy uno está en la cresta de la ola y el otro en el fondo del mar. Hace poco un francés me preguntaba cuántas canciones tiene dedicadas Messi, y le dije “una”. Y ahí está la diferencia: hay 200 poemas y 400 temas de música relacionados con Diego, de los cuales 250 están dedicados a él. Messi es un pibe que te lo presento a mi hija, en cambio Diego no, pero ¿cuánta gente se tatúa a Messi?

¿Sentís que te falta mucho para terminar la colección de Diego?
Es interminable. Porque llega un momento que en Argentina no encontrás más nada, pero hay de todo en el mundo entero (NdeR: tiene todas las figuritas que se hicieron en Argentina en las que aparece Maradona). A veces pensás que tenés de todo, pero no te das una idea de la cantidad que te falta.
¿Qué es lo que más querés tener y no tenés?
Las camisetas que usó él que todavía no tengo. Son muy difíciles de conseguir, porque de una revista se hicieron cientos, pero camisetas que haya transpirado él hay muy pocas.
Hay una camiseta que usó en Argentinos Juniors, que la tuve y no la pude comprar. La que tenía la publicidad de Austral, manga larga. Era de un jugador de Argentinos compañero de Diego, y la vendió a mucho más de lo que le ofrecí: la vendió en 10.000 dólares. Tengo muchas cosas que conseguí canjeándolas por videos, u otras cosas que no sean dinero pero tengan su valor. He intercambiado cosas con gente de Kuwait o Qatar.

Cuando sea la inauguración, ¿soñás con que esté Maradona?
Las cosas se dan solas. Yo nunca voy a ir a tocarle la puerta para ir a verlo. Cuando lo conocí fue porque vinieron de la televisión a filmar la colección a casa y como favor de contrapartida me dijeron: “Viene Diego”. Él va a venir si tiene ganas de venir, aunque me muero si viene, je.

¿Lo sentís parte de tu vida?
Y sí, ya sí. Me acuerdo que la primera vez que entré a Internet, allá por el 1997, fui a un cibercafé y la primera palabra que puse en un buscador fue “Maradona” porque estaba buscando algo de él.

¿Si no sos fanático, qué sentís por Diego?
Mirá, yo soy un fanático del fútbol. Mi amor por el fútbol es total, y el tipo que mejor lo expresó fue Diego, y lo viví de punta a punta. Es admiración como futbolista, pero también hay un aguante donde muchas veces es imposible justificarlo. Es como un amigo, por más que a veces sea medio pelotudo, es tu amigo y punto. Es inimputable. Está más allá.

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