domingo, 11 de diciembre de 2011

“Zulma Lobato está mal de la cabeza y la gente tiene el morbo de ver y reírse de una persona que tiene muchos problemas”

Acaba de terminar un día más de cámaras encendidas para Mex Urtizberea en ESPN. Si bien está apurado, regala una charla delirante, muy divertida. Sale de la sala de maquillaje, aunque la locura la lleve impregnada, y se sienta a la mesa del comedor más cercana a la puerta, la muestra más pura de su apuro.

-¿Cómo llegás a ESPN, ya que no sos un hombre del deporte?
- Me comentaron que me querían traer, pero como es un canal de deportes yo les decía que “la verdad no tengo nada que ver con eso, no tengo idea, no me importa”. Pero apareció uno de Pura Química a cinco días de salir al aire y me insistieron, así que les dije que quería conocer a Germán (Paoloski). Fuimos a un bar y me cayó bárbaro, y dije “bueno, hago un mes y probaré qué pasa”. Superó terriblemente las expectativas.


- En tu vida tuviste vínculos con el fútbol: hiciste la colimba bajo las órdenes de Camps y naciste cinco días exactos antes que Diego Maradona.
-Sí, aunque no fue el Camps de Vélez, sino un poquito más duro, je. Yo me acuerdo que estaba haciendo el servicio militar y se estaba jugando el mundial juvenil que ganó Diego, y había una foto donde él, Juan Barbas y Juan José “TucuMeza” Meza estaban vestidos de soldados. Y decía “¡qué suerte!” porque yo tenía una foto con una escoba, el casco y el FAL (Fusil Automático Liviano) en el hombro. Muy triste, era muy pequeño para llevar ese armamento tan pesado. Yo era más flaquito que ahora, era una porquería.

-¿Sos bueno jugando al fútbol?
-Más o menos, ya no estoy jugando, pero jugué siempre de cinco. Era un hombre aguerrido, de marca, pero rústico, muy rústico.

-Ya que las barrasbravas hacen música pero desde la discriminación y la misoginia, ¿te gustaría escribir canciones para cancha?
- No sé si funciona eso. Ignacio Copani escribió algunas para River, pero normalmente agarran un tema de La Mosca, le cambian la letra y listo. Es que es difícil componer para la cancha, aunque me encantaría. Me parece maravilloso, me encantaría que la cancha me cante un tema, o que utilice una melodía mía para cantarla. O sea, si una música mía es popular creo que me muero.

- En Pura Química necesitás esa ovación constante, ¿cómo es fuera del programa?
- Por ejemplo, salir al estadio de Independiente y que me ovacionen por algo que he hecho sería divino, pero yo me burlo y por eso hago que el público del programa grite “¡Mex, Mex, Mex!”, que es como que el tipo necesita todo el tiempo el aplauso.

- ¿Sentís que te descargás cuando hacés humor?
- Yo me divierto mucho y la paso muy bien, si no la paso bien no lo hago. Estamos de paso en la vida, y tenemos que lograr pasarla lo mejor posible. Y hacer un trabajo que tiene que ver con la diversión y todo eso me es muy familiar, porque en mi casa siempre fueron muy graciosos. Mis hermanos, mis padres y mis tíos contaban historias. Viste que yo cuento, improviso y digo... Eso viene de ahí, grandes contadores de historias que el 70% o más eran mentira, pero era hermoso estar ahí fascinando. Desde pequeño vivo así. Siempre.

- ¿Qué es la risa para vos? ¿Cómo ayuda reírse a las personas?
- La risa es un acto maravilloso, es un estado que uno siempre está buscando porque tiene que ver con pasarla bien, entonces es necesario encontrarse riendo con otro, ver que alguien se está riendo con lo que uno dijo. Son esas cosas raras que tiene este laburo. Por ejemplo –mientras saca su celular- te mandan mails donde te dicen “Sos mi Red Bull”, ¿entendés? y es genial.

- ¿A pesar de haber estado tanto tiempo en televisión te sigue sorprendiendo?
- ¡Sí! Es una situación rarísima, porque a veces me siento incómodo. La televisión entra en la casa de cada familia. Uno les pertenece, es como un jarrón, siempre estás ahí, el tipo ya te conoce y le pertenecés. Después te ven por la calle y te abrazan y te hablan y yo digo “¿Quién es?”, encima que soy desmemoriado digo “¿De dónde lo conozco, es un pariente?”, y no, normalmente no.
- ¿Para triunfar en los medios hay que estar un poco loco? ¿Se podría decir que tenés una identidad por cada par de anteojos?
- Mi cara ya es el anteojo, aunque los uso hace siete u ocho años, y quedó ahí, que es un poco medio un símbolo (sic). Sí, hay que estar loco para estar enfrente de una cámara y comunicar.

- Alguna vez dijiste que hacías “humor político”. ¿Cómo considerás la actualidad del periodismo político en Argentina?
- Es un momento interesante, a partir de la Ley de Medios empezaron a verse un poco las caras de la gente, a saber que atrás de una tapa hay un negocio que están defendiendo. Antes el diario o el informativo eran la verdad absoluta, no podía haber alguna cosa entre medio a partir de “si hablo bien de vos o no”. No me gusta el tema de juzgar al que piensa diferente. Al único que juzgo es al que se aprovecha por un negocio de algo, pero nada más. Hay periodistas que piensan diferente a un gobierno y eso está fenómeno, pero empezás a ver algunos que operaban para un medio. Entonces está bueno, se empezó a descubrir un poco todo.

Ya está atrapado en la red de preguntas. Está agarrado y la entrevista dura más de lo previsto. Mex ofrece a cada instante una ráfaga de gestos, caras, cambios de voz y risitas. Creativo, insólito, ácido, antihéroe. Un loco lindo de los medios.

-Cuando eras chico una vez te pusiste de rodillas para pedir que te aprobaran en la escuela.
-Me acuerdo de una profesora de matemáticas que me tenía mal, ¡Mal! Me llevaba la materia, y no había caso, me acuerdo que le lloré, le hice de todo, fue desesperante. Me tomó otra prueba, me fue mal, era una cosa que no podía ser. Pero por cansancio me aprobó. ¡Hice todo lo que podía, estaba decidido a entregarle lo que sea!

- ¿Actualmente vos sentís que en los medios se arrodillan para conseguir algo?
- Sí, de rodillas es lo más digno de todo lo que se hace. Hay un hambre muy grande, uno lo ve en la televisión de ahora, que es todo un gran reality. Contratar a gente para que desnude su intimidad y se abra las vísceras –mientras actúa con sus manos como si se destripara- a cambio de conocer su historia y sus miserias. Imaginate lo que puede dar una persona por estar un segundo en tele.

- ¿Por qué no te gustan los imitadores?
-No me gustan en el sentido de que no me gusta imitar. Me gusta lo que tiene que ver con inventar algo nuevo, y el imitador no crea, copia, y no me parece atractivo. Salvo Ariel Tarico, que le saca muy bien la psicología a los personajes.

- Y la televisión en materia de contenidos, ¿te parece atractiva?
- Algunas cosas sí. Vi Televisión por la Inclusión y me encantó, estuvo buenísimo. Los Sónicos me gusta. Veo alguna cosas que están buenas que pasen, como lo del INCAA TV (Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales), aunque gran parte de lo que están pasando es malo.

- ¿Qué opinás sobre cómo se venera en la televisión a un personaje cuando “garpa” y después, cuando ya no “sirve”, queda olvidado?
- Eso es la televisión y no tiene arreglo. Pero también pasa que la televisión funciona mucho por el carisma. Por ahí hay actores que son malísimos pero tienen un carisma del carajo, como Susana Giménez, que agarra el papel y lo lee, se equivoca, pero nadie le dice nada porque es Susana Giménez y tiene un carisma tremendo, y está bien. Entonces hay muchos tipos que tienen su cuarto de hora, que por alguna huevada aparecen en la tele.

- ¿Cómo quién?
- Como Zulma Lobato, era por el morbo de ver a una persona que está mal de la cabeza, que tiene problemas de todo tipo. Y la gente disfruta y se ríe de eso. Pero esa mujer se creyó algo como muchos de los que han salido de los realities y a las dos semanas están secos arriba de una chapa de cinc, y que se los coman los bichos, y no me acuerdo más de vos. Es muy cruel, muy siniestro. Pero bueno, tampoco tenía mucho más para decir, para dar. Es que eso es la televisión, y que uno venda su alma al diablo por estar en la tele me parece miserable, patético.

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